martes, 4 de marzo de 2014

Muchas veces las cosas no son tan malas como parecen, sino todo lo contrario.

Una pareja de jóvenes tenia varios años de casados y nunca pudieron tener hijos. Para no sentirse solos, compraron un cachorro rottweiler y lo amaron como si fuera su propio hijo. El cachorro creció hasta convertirse en un grande y hermoso perro; salvo en mas de una ocasión a la pareja de ser atacada por ladrones. Siempre fue muy fiel, quería y defendía a sus dueños contra cualquier peligro.
Luego de siete años de tener al perro, la pareja logro tener el hijo tan ansiado. La pareja estaba muy contenta con su nuevo hijo y disminuyeron las atenciones que tenían con el perro. Este se sintió relegado y comienzo a sentir celos del bebé y ya no era el perro cariñoso y fiel que tuvieron durante siete años.
Un dia la pareja dejo al bebé plácidamente durmiendo en la cuna y fueron a la terraza a preparar una carne asada. Cual no fue su sorpresa cuando se dirigían al cuarto del bebé y ven al perro en el pasillo con la boca ensangrentada, moviéndose
la cola. El dueño del perro pensó lo peor, saco un arma que llevaba y en el acto mato al perro. Corre al cuarto del bebe y encuentra una gran serpiente degollada. El dueño comienza a llorar y exclama: ¡he matado a mi perro fiel!
¿Cuantas veces hemos juzgado injustamente a las personas? Lo que es peor, las juzgamos y condenamos sin investigar a que se debe su comportamiento, cuales son sus pensamientos y sentimientos. Muchas veces las cosas no son tan malas como parecen, sino todo lo contrario.

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