miércoles, 16 de septiembre de 2015

El pensamiento negativo.

Creer firmemente en que nada dura...te ayuda a hacer que las cosas acaben durando
Abandonar un sueño es como morirse por fascículos. Con la diferencia de que ésta colección no la acabas tú, sino que probablemente sea ella la que acabe contigo.
Lo peor no es que nos mientan. Lo peor es que ya estemos acostumbrados. Estamos tan mentidos que incluso la verdad nos parece mentira. Somos carne de opinión. Y hay demasiada gente que prefiere que le piensen las cosas, que se las den mentidas, para no tenérselas que plantear.
No escuchamos, ya nadie escucha. nadie repara lo que dice el otro. Estamos todos sumidos en un inmenso, solitario y ensordecedor silencio, y lo mismo da que nos digan, que nos expliquen, nos cuenten, nos avisen, nos chillen o nos susurren. Monólogos secuenciados que solo guardan breves silencios para esperar impacientemente que el otro acabe.
Espabilamos gracias a morder el polvo, comernos los ''yo nunca'', aguantar unos cuantos ''ya te lo dije''. Caerse una y otra vez, para lo cual es indispensable haberse levantado en otras tantas ocasiones.
Crecer es aprender a despedirse. El día que te das cuenta de que crecer va a significar despedirse de personas, situaciones, emociones, memorias, ilusiones e incluso amigos que se supone iban a estar para toda la vida. El día que ves que crecer significa conocer cada día más gente que ya murió.El día que te das cuenta que te despides mejor que hace un año. Que ya no te sorprende que la gente desaparezca de tu vida. Ese día estás aprendiendo a decir adiós, ese día estás creciendo.
De un simple y puro ''te quiero'' pasas al ''te quiero mucho'', ''te quiero como no he querido antes'',''como nunca querré a nadie'', etc.Y es que ese primer ''te quiero'' se te gastó de tanto usarlo con tanta gente que al final se fue, llevándose cada uno su pedacito de verdad.

Risto Mejide

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