Si no estuviesemos nunca enfermos, no entenderiamos lo que significa
estar sano. Si no tuvieramos nunca hambre, no sabriamos apreciar estar
saciados. Si no hubiera nunca guerra, no sabriamos valorar la paz, y si
no hubiera nunca invierno, no nos dariamos cuenta de la primavera.
Tanto
el bien como el mal tienen un lugar necesario en el Todo. Y si no
hubiera un constante juego entre los constrastes, el mundo dejaria de
existir.
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